SERIE
Serendipia Ondisonante
En esta serie tenía la necesidad de expresar pensamientos y emociones que mientras pintaba me ayudasen a catalizar lo vivido y así transformar mis experiencias en aceptación y aprendizaje.
Hacía tiempo que me cautivaba la idea de pintar marinas. Quizás porque echo de menos el mar, lo llevo dentro. Pero sobre todo porque tenía claro que el mar también expresaba distintos estados emocionales, condicionado no sólo por el estado de las mareas y la luna, sino por el momento del día, la meteorología y la orografía del terreno. Todo ello describe sensaciones visuales que evocan emociones y recurrimos a refugiarnos en él cuando buscamos una salida.
Pero en el cuadro faltaba el sonido de la brisa y las olas. Faltaba esa otra parte gratificante que me ha ido rescatando en el camino de este aprendizaje vital, la música. Y ya no tenía claro si la canción inspiraba la elección de la imagen o viceversa.
Esa combinación de paisaje marino, emociones y canciones que me encontré por fortuna en mi día a día para traducir mis vivencias, se tradujeron finalmente en una serendipia ondisonante.
Mujer de las Mil Batallas
Canción de Manuel Carrasco.
Oleo sobre lienzo
Quisiste alejarte pero no hacía sino agitar las aguas para que, atrapada en la corriente no llegases a la orilla, sin respetar nada.
Cuando a la fuerza conseguiste hacer pie repitió su tsunami. Intentó arrasar con todo lo que durante años crearon hasta que no quedase rastro de un solo recuerdo suficientemente bueno.
Pero sobreviviste, no contaba con tu capacidad de resistencia o que más de una mano tiraba de ti. Y saliste. Arañada, agotada, habiendo tragado agua, con sed, sola, despojada de todo. Te sentías desnuda y vulnerable aunque celebrando estar de pie.
Y sin esperarlo, seguía subiendo la marea, para revolcarte en las olas una y otra vez, exhausta, que ni la arena mojada te dejase avanzar. Hasta que se rindió a la evidencia… y bajó la marea.
Caminando hacia la avenida todavía sentías el frío cuando soplaba el viento o se intuía detrás su ligero soplo. Sentías el miedo a que agitara de nuevo las olas, a empapar tus pies, pero tocaste suelo con más firmeza, en defensa propia. Llegó el fin.


Defensa Propia
Canción de Víctor Lemes
Técnica mixta sobre tabla
82x100cm
Dicen que hay canciones que nos permiten entendernos y con ello transformar el mundo. Y así lo sentí al escuchar esta canción en directo. Se convirtió en tecla definitiva que faltaba para cambiar el mío. Mi voz interior encontró un sitio de descanso.
Desde entonces fui más consciente de que amar no es poseer. Y es que, a pesar de ser el amor el sentimiento más egoísta que existe, siempre debe existir dejando al otro ser libre de estar o no en nuestro camino. Porque como leí una vez “Ni el amor es una jaula, ni la libertad es estar solo, porque el amor es la libertad de volar acompañado, es dejar ser sin poseer”. No poseemos aquello que nos gusta, no nos pertenece. Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es dejar que sea, aunque en ese ser sepamos que lo perdemos… porque nunca fue nuestro.


Volar
Canción de El Kanka
Óleo sobre lienzo
116x89cm
Le llaman almas perdidas, y yo sólo veo mentes forjadas buscando más verdad. Perdidas porque quizás para muchos sentir es menos productivo de lo que quieren que seamos.
Ordenar y poner nombre a los sentimientos a veces implica encasillarlos en un sitio, y en toda casilla, como en la Oca, hay una entrada y una salida. Y aunque sepamos que esta vida es una eterna despedida, siempre nos sentiremos más libres si no ponemos vallas al terreno que nos permite soltar, crear, sumar, acompañar… Ese que nos intentan cercar, nombrar, clasificar y controlar para agarrarse en modo supervivencia. Por más que lo intenten nunca se consigue que el corazón deje de soñar, que deje de creer en volar sin pedir permiso.


Lucha de Gigantes
Canción de Antonio Vega
Acrílico y oleo sobre tabla.
70x120cm
Habrá que desnudarse hasta ser espacio, despacio.
No, no físicamente, me refiero a dejar ver la vulnerabilidad y saber que como ser humano eres parte de un hormiguero en el que todos escondemos nuestros miedos… no sea que venga una cigarra y nos devore. Siempre habrá quien se empeñe en restar, pero no merece tu encierro. Ahoga mucho eso de vivir con miedo.
Pero escondido en el forro de tu maleta siguen las heridas guardadas, mapas viejos y manchados que señalan carreteras que ya no existen. Eres consciente que para este viaje tienes que liberarte de equipaje innecesario, que el tiempo estropeó esos mapas hasta hacerlos poco legibles por algo. Y es que quizás el camino es el propósito para seguir motivado en la lucha de esto que llaman vida.


Vértigo
Canción de Ismael Serrano
Técnica mixta sobre tabla
65x92 cm
Nostalgia traicionera, catalizadora de la memoria que trae sólo la parte dulce del recuerdo, para revivirlo como si estuviera sucediendo ahora y repetirlo en nuestra cabeza cual ecolalia que nos regula el anhelo de no estar en ese instante. Eres consciente de haber dejado atrás en el viaje un episodio al que procuramos volver porque nos hizo sentir felices, y al que posiblemente, le añadimos valor con el paso del tiempo… “guardado en el recuerdo tira el dolor” leí una vez.
En el fondo buscamos que rescate un poco de lo que fuimos, esa parte de nosotros que se quedó ahí y que ignoramos por razones que aún nos resulta incomprensibles.
Porque no queremos perder por el camino eso que un día dio valor a nuestra vida trayéndolo al presente, que así parezca permanente o eterno. Y lo único certero es que nos pertenecía y nos pertenece.


Y ya te Quería
Canción de Manuel Alejandro y Alejandro Sanz
Acrílico sobre tabla
122x73 cm
Fuiste cristal, transparente, elegante, frágil, brillante, calor de madre o incluso inerte y fría a veces. Fui madre y entendí que yo también era entonces cristal, que una vez se rompe le cuesta soldar las piezas que sólo puede curar una fragua.
Mamyblue vive en cada una de mis grietas doradas como una pieza de arte kintsugi, sin tristeza ni derrota.
Cada noche te busqué, te canté y te supliqué cuando lo necesité, hasta conseguir encontrar las fuerzas para reponerme en el sentido de pertenencia que aún conservaban en esencia mis piezas.
Y lo logré cuando vi tus ojos en los suyos, cual wabi-sabi. Porque en cada uno de sus desafíos está tu calma, tu mirada tierna y tu belleza infinita.


La Vida es Bella
Canción de Miguel Bosé y Noah
Técnica mixta sobre tabla
74’5x122cm
Esa quietud que trae las horas pasar, y que parece que hoy amenacen tanto a mi productividad, también es constancia. Y todos sabemos que la piedra en su constante machacar de las olas, expresión que me decía él siempre, acaba desgastando la roca, sí, pero también la pule y genera la resiliencia que la adapta mejor al paisaje.
La constancia es aquella que paso a paso, va sedimentando en la orilla cada grano de arena de forma generosa, y que con el tiempo acaba cambiando totalmente la orografía de la playa.
Y así es como él entendió la vida, a su manera, con generosidad depositando cada grano de arena en nosotros. A veces bajo el oleaje y mucha fuerza, incluso revolcándote, y otras en calma y de forma astuta.
Así es como se aliviaba el dolor, suavizando las aristas aunque desgaste, aportando a la roca brillo al caer el sol y rielando la luna sobre el mar. Tenía y tiene razón, lo importante es reír y amar.
La pena es parte de la vida y la vida merece la pena.

